AUGUST GUINNARD / TRES AÑOS EN CAUTIVERIO
DESVENTURAS DE UN FRANCÉS ENTRE LOS PATAGONES
Centro cultural de España | Buenos Aires | 2002
Fotografías basadas en los grabados originales del libro Tres años de cautividad entre los patagones de August Guinnard, (hacia 1870).
CRÓNICA DE UN ENCUENTRO
La historia de Guinnard es la crónica de un encuentro violento entre culturas. Es también la historia de un hombre de 24 años, que en 1856 fue tomado prisionero por los indios, quedando así atrapado entre dos mundos.
Sin caballos ni dinero para pagar un guía, Guinnard se internó en el desierto junto a un ocasional compañero de viaje, europeo como él, sin más provisiones que algo de comida, un poco de pólvora para la caza y una brújula.
Ambos fueron sorprendidos en territorio hostil, su acompañante fue muerto y Guinnard tomado prisionero.
Su periplo a partir de allí, fue una suerte de quimera en la cual su vida se convierte en objeto de intercambio. De una tribu a otra, fue cambiado por un buey, un caballo o por varias piezas de tela. Durante ese tiempo, Guinnard sólo podía pensar en su fuga. Cuando las tribus originarias descubren su capacidad de leer y escribir, le asignan la función de “escriba”. Así consigue amparo en los toldos de Calfucurá, quien mediaría para salvarlo y a quien termina sirviendo hasta el día de su épico escape.
Después de tres años de penoso cautiverio, logra regresar a su patria, donde años más tarde publicaría los relatos de su experiencia americana, con acabadas descripciones sobre una forma de vida en extinción, evocada con una extraña belleza que es a la vez terrible, romántica y caprichosa.
IMAGINACIÓN Y REPRESENTACIÓN
La historia de Guinnard sintetiza el carácter épico de uno de los episodios que signaron la construcción de nuestra nación sobre la base de una inaudita violencia, encarnada unas veces por la civilización y otras por la barbarie. Las condiciones de la representación subyacen en la imaginación misma.
La imaginación substituye a la realidad y juntas componen una imagen que funciona como idea o figura, al retener y recrear nuestros propios mitos. Conlleva también la idea de presentarse “como el otro”, poniéndose en su lugar, manifestando uno su aspecto.
La idea misma de la representación como imagen y gesto, se cruza con la conformación de nuestro imaginario colectivo.
La elección del lenguaje fotográfico me posibilita subvertir la perspectiva del observador, incitándolo a descubrir la seductora incertidumbre de las paradojas visuales, abriendo nuevos órdenes semánticos siempre dentro del campo de la representación y mas allá de la metáfora o el símbolo.
Leonel Luna
El rapto de Guinard / Colección privada
2002, print, 2017
Impresión s/papel
166x130 cm
Corrida de Mazeppa
2002
Impresión s/papel
70x50 cm
Corrida de Mazeppa
2002
Impresión s/pet
100x60 cm
Cafulcurá
2002
Impresión s/papel
70x50 cm
Fumata
2002
Impresión s/papel
70x50 cm
La ronda
2002
Impresión s/pet
100x60 cm
La ronda doble
2002
Impresión s/papel
70x50 cm
Toldería
2002
Impresión s/papel
70x30 cm
Toldería
2001
Impresión s/papel
70x50 cm
Jinete
2002
Impresión s/papel
70x50 cm
Jinete
2001
Impresión s/vinyl
166x130 cm
Paisaje Pampeano
2001
Impresión s/papel
45x20 cm
Arreo
2002
Impresión s/papel
70x50 cm
La vuelta del malón
2001
Impresión s/vinyl
166x130 cm
Retrato doble
2001
Impresión s/papel
70x50 cm
Indio / Blanco
2001
Impresión s/vinyl
120x180 cm
Nativo
2001
Impresión s/papel
43x28 cm